sábado, 24 de marzo de 2012

ETICA DE LA EUTANASIA


Al hablar de problemas éticos "La vida y la muerte" es un tema amplísimo, es casi como poder decir problemas éticos de la medicina o hablar del bien y del mal, entonces hay que concentrarse en algunos de los problemas que por alguna razón uno ha estudiado o se ha preocupado en los últimos tiempos. Para mí uno de los mayores problemas de la Bioética, es la escasa comprensión que hay de este campo, sobre la naturaleza, las dimensiones, las posibilidades de este campo y a veces la falta de información de calidad que existe en este terreno. Dicho esto me voy a centrar en lo que ha planteado como un posible "derecho a la eutanasia". El término "derecho a morir" suele aparecer con dos acepciones como mínimo, una de ellas significa la potestad que asiste a los enfermos terminales de exigir a los médicos que se abstengan de iniciar o de continuar tratamientos a prolongarles la vida, es lo que se suele llamar eutanasia pasiva. La otra acepción del derecho a morir suele ser vista como la facultad de los enfermos terminales, de solicitar que el médico o un médico que ponga fin a sus vidas o les brinde ayuda para esto hasta el fin, la eutanasia voluntaria activa o de suicidio asistido según el caso.
El debate sobre estas dos acepciones parece haberse centrado en el estatuto jurídico y moral de un eventual derecho a la eutanasia discutiéndose su fundamentación, naturaleza jurídica, contenidos, límites, formas de ejercicios. Se han producido observaciones realmente densas en lo conceptual y ensayos de legislación, como por ejemplo en norte de Australia, en Holanda, en los Estados de Oregon (USA). En todos estos casos han habido más desilusiones que entusiasmo y han terminado en derogación y/o desaprobación. Estos fracasos probablemente no se deban a la falta de rigor de los autores, sino que a un enfoque equivocado.
El concepto de eutanasia pasiva es equivocado, y voy a intentar demostrarlo, el uso y el abuso de esta noción ha llenado de neblina el debate sobre la eutanasia y la aceptación de este concepto es errónea por parte del público y de los especialistas, además ha servido paradójicamente a los defensores de la eutanasia activa. Otra cuestión, es que hay que mirar las circunstancias que provocan la reivindicación de la eutanasia activa como derecho, para entender que hay que reenfocar el problema más bien viéndolo como una reclamación más, del trato inapropiado del que son objetos enfermos terminales en nuestra medicina moderna y entonces los esfuerzos deberían orientarse hacia un cambio sustancial en la manera de que las sociedades modernas tratan a los enfermos terminales.
Eutanasia es como todos los que la hemos leído, es una palabra de origen griego que etimológicamente significa Buena Muerte es EUTANATOS.
La práctica de la eutanasia no es una creación de nuestro tiempo, la liberación del dolor mediante la muerte ha sido conocida y practicada en numerosas culturas. La eutanasia tiene dos vertientes, una lega y otra médica: La vertiente Lega es el llamado homicidio por compasión, del cual hay numerosos ejemplos, uno de ellos esta en un libro de André Paré el cirujano militar del 1585, en donde en un relato de campaña dice "entré en un establo para alojamiento de mi caballo y me encontré con tres soldados que estaban arrimados a la pared con el rostro completamente desfigurado no veían, ni oían, ni hablaban y todavía les llameaban los vestigios por la pólvora que los había quemado, estando yo mirando con lastima, llegó un soldado viejo, el cual me pregunto si había modo de curarlos, respondí que no, al punto que el soldado viejo se acerco a ellos y los degolló sin enojo. Viendo yo tan gran crueldad le dije que era un mal hombre, me replico que rogaba a Dios que de hallarse él en tal coyuntura pudiese dar con alguien que hiciese por él otro tanto para no tener que agonizar miserablemente", es el homicidio por compasión. Hay muchísimos ejemplos a citar; José Reberte Coma, José Ingenieros, Luis Jiménez de Azúa tienen una serie de casos que relatan desde lo que era el despenador o sea el quitador de penas en el imperio de las plantaciones y que al que estaba mal herido se lo mataba, sea un humano herido, o un animal. Se le quitan las penas y se le mata cuando no hay nada más que hacer. Yo creo que esto interesa como referencia histórica, uno de los componentes esenciales de la eutanasia y por eso interesa mostrarla por razones conceptuales es que la compasión es el fundamento de la conducta de quien la efectúa, es alguien movido por compasión quien mata a otro, esto subsiste hasta hoy en día. La vertiente médica de la eutanasia por el contrario tiene a su vez dos tradiciones una clásica que es la hipocrática y una moderna que comienza en el renacimiento con Tomas Moro y con Francis Bacon, la primera de ellas es la corriente la tradición hipocrática se refiere más bien a no intervenir, en lo que suele denominarse erróneamente eutanasia pasiva, en tanto que la tradición renacentista ya lo ve como provocación de la muerte. La tradición clásica arranca con el juramento de Hipócrates y dice aquel, "no daré a nadie aunque me lo pida, ningún fármaco letal ni haré semejante sugerencia", con el Hipócrates preocupado de no intervenir cuando la medicina ya no tiene nada que ofrecer ante la enfermedad que considera incurable, está tradición hipocrática procura cuando la muerte es inminente e inevitable, evitar los nuevos sufrimientos que provocaría la intervención del médico. En el escrito hipocrático sobre la medicina puede leerse, "voy a definir lo que es en la medicina apartar por completo los padecimientos de los que están enfermos y mitigar los rigores de las enfermedades y no tratar a los ya dominados por las enfermedades conscientes que en tales casos no tiene poder la medicina". Estos principios están también en una novela que se llama "El desheredado", le hace decir al médico protagonista de ésta, lo siguiente: "si el paciente es curable procedemos a la medicación y no perdonamos medios para salvar al enfermo, pero si la enfermedad ha dominado ya y vencido al paciente nada hacemos, cumpliendo la antigua ley de los padres de la medicina según la cual no ha de tocarse al enfermo ya vencido por el mal, es decir la abstención de intervenir".

EUTANASIA SEGUN LA RELIGION


La institución que actualmente rechaza y combate a la eutanasia, es la Iglesia católica, la cual ha realizado una serie de declaraciones al respecto a través de la Comisión Permanente Episcopal: “Respetamos sinceramente la conciencia de las personas, santuario en el que cada uno se encuentra con la voz suave y gente del amor de Dios. No juzgamos el interior de nadie. Comprendemos también que determinados condicionamientos psicológicos, culturales y sociales pueden llevar a realizar acciones que contradicen radicalmente la inclinación innata de cada uno a la vida, atenuando o anulando la responsabilidad subjetiva. Pero no se puede negar la existencia de una batalla jurídica y publicitaria, con el fin de obtener el reconocimiento del llamado ‘derecho a la muerte digna’, es esta postura pública la que tenemos que enjuiciar y denunciar como equivocada en sí misma y peligrosa para la convivencia social. Una cosa son la conciencia y las decisiones personales y otra lo que se propone como criterio ético legal para regular las relaciones entre los ciudadano”.  
La Iglesia católica considera que el aprecio por toda vida humana fue un progreso introducido por el cristianismo, lo que supone que se vive en la actualidad es un retroceso.  Un retroceso que hay que colocar en lo que el Papa denomina “cultura de la muerte”. De esta manera, la Iglesia considera a la eutanasia  como aquella actuación cuyo objeto es causar la muerte a un ser humano para evitarles sufrimientos, bien a petición de éste, bien por considerar que su vida carece de calidad mínima para que merezca el calificativo de digna. Esta práctica convertiría a la eutanasia en una forma de homicidio, pues implica que un hombre da muerte a otro, ya mediante un acto positivo, ya mediante la omisión de la atención y cuidados debidos.
De la eutanasia, así entendida, el Papa Juan Pablo II enseña solemnemente: ‘De acuerdo con el Magisterio de mis Predecesores y en comunión con los Obispos de la Iglesia católica, confirmo que la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana’. 

LA EUTANASIA EN COLOMBIA


La Corte Constitucional de Colombia, mediante texto cuya redacción final no se conoce todavía, determinó que "la vida es un bien disponible". Esto significa nada menos que se le abre la puerta a la legalización del suicidio asistido y más tarde a todas las formas de eutanasia y al aborto. Es cuestión de tiempo.
Seis de los 9 magistrados, cuya orientación agnóstica o atea no admite dudas, al estudiar la constitucionalidad de un artículo del código penal, acogieron la tesis del magistrado Carlos Gaviria Díaz, que en lo práctico significa:
1. No será punible la conducta del médico que "por piedad" colabore con el enfermo terminal pAra que ponga fin a su existencia.
2. Se está planteando todo este asunto en el contexto de "derecho a morir dignamente". Tenemos abierta la puerta para "suicidios dignos", "asesinatos dignos" y más tarde también para "abortos dignos" incluídos infanticidios llenos de "dignidad". Esto no es otra cosa que "el digno paraíso de Kevorkian".
3. La parte más grave es el principio que se establece: "La vida no es sagrada sino un bien del cual se puede disponer". En principio para suicidarse "dignamente" el enfermo terminal, con la ayuda "digna" del médico que se convierte en "digno homicida" al amparo de la sentencia de la corte. ¡Qué digna legalidad!
4. El procedimiento empleado para llegar a todo esto es verdaderamente diabólico: Tres magistrados cocinan la sentencia en el cuarto cerrado de su oficina, luego se consiguen el apoyo de tres más, de su misma calaña, y anuncian con anticipación la sentencia. Cuyo texto no sale todavía. Entre tanto, los medios de comunicación (algunos por lo menos) crean una confusión también endiablada. Hacen encuestas con la preguna: "¿Es Ud. partidario de la eutanasia?". La inmensa mayoría cree que le están preguntando sobre distanasia. Y un buen número contesta que sí, que no quiere ver que a los enfermos terminales se les suministren cuidados que prolonguen una vida de tormentos sin esperanza de recuperación. Y entonces salen diciendo que la gente apoya la decisión de la Corte. Lo grave es que ésta no ha pasado por una discusión pública, es providencia de un minúsculo grupo y es inapelable.
5. Los seis magistrados se apoyan en el principio de que los católicos no pueden imponer su ética a los que que no son creyentes. Pero, en lo práctico, ellos sí se consideran con derecho a imponer su propia ética como ley general.
El Dr. Trías, (antiguo director de Pro-Familia - Planned Parenthood), presidente de la Fundación Pro-Derecho a Morir Dignamente, saludó la decisión como un gran progreso. El lobo se quitó la piel de oveja y mostró todos sus colmillos. Esta Fundación ya se desenmascaró del todo.
Ha habido fuertes reacciones de la Jerarquía Católica, de teólogos, de periodistas y de muchos particulares.
Por favor: haga conocer todo esto para que los católicos de otros países conozcan esta conjura diabólica contra la vida humana.


LA EUTANASIA
Eutanasia, es la acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él. También indica  que eutanasia es la muerte sin sufrimiento físico. La palabra deriva del griego: ευ eu (‘bueno’) y θάνατος thanatos (‘muerte’).1
 la eutanasia consiste en provocar la muerte de otro por su bien, lo cual conduce necesariamente a acotar las circunstancias y supuestos (mayoritariamente ligados al contexto médico-asistencial) que dan sentido a esta actuación humanitaria, piadosa y compasiva. Para Gascón el elemento central que define la eutanasia no es la concurrencia o ausencia del consentimiento del sujeto que muere, ni la modalidad activa u omisiva de la conducta que provoca la muerte, sino los móviles que la animan.2
La eutanasia tiene por finalidad evitar sufrimientos insoportables o la prolongación artificial de la vida a un enfermo. Para que la eutanasia sea considerada como tal, el enfermo ha de padecer, necesariamente, una enfermedad terminal o incurable, y en segundo lugar, el personal sanitario ha de contar expresamente con el consentimiento del enfermo.
En el medio hispanohablante se han introducido conceptos de la evaluación ética de la eutanasia y se la califica de directa o indirecta en cuanto existe o no la intención de provocar primariamente la muerte en las acciones que se realizan sobre el enfermo terminal. En el contexto anglosajón, se distingue entre la eutanasia como acción y la eutanasia como omisión (dejar morir). Su equivalente sería eutanasia activa y eutanasia pasiva, respectivamente. También se utilizan, en forma casi sinónima, las calificaciones de positiva y negativa respectivamente.